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lunes, 7 de enero de 2008

Reflexión electoral en aras de la constituyente.

Ayer 2 de Diciembre, el 49 por ciento del pueblo le dijo SÍ a la disminución de la jornada laboral; le dijo SÍ a la constitución de un sistema de seguro social para los trabajadores independientes, le dijo SÍ a la paridad del voto estudiante-trabajador-profesor en las universidades; le dijo SÍ al poder comunal.
Y el 51 por ciento del país le dijo NO a la reelección indefinida, le dijo NO a la eliminación de derechos humanos en los estados de excepción, le dijo NO a la elección a dedo de representantes del poder comunal, le dijo NO a la división territorial en feudos, centralizando el poder en manos del presidente, pero no le dijo NO a las propuestas a las que el pueblo chavista le dijo que SÍ.
Por tanto, la única salida viable para que en la constitución del 1999 se introduzcan dichas propuestas, sin introducir aquellas propuestas a las que la mayoría le dijo que no, es llamar a una Asamblea Nacional Constituyente, con representación de todos los factores que hacen vida en la sociedad venezolana, las ONG, las diferentes Iglesias, los Estudiantes, los Profesores Universitarios, los Partidos Políticos, etc. etc.
Y en tal sentido propongo que sean temas prioritarios de dicha Asamblea Constituyente, cuatro muy importantes, a saber:
1) La diversificación real, plural y efectiva de la educación media superior, de manera que los bachilleres ya no se limiten a estudiar Ciencias o Humanidades, sino que además se incluyan bachilleratos en Contabilidad, Albañilería, Plomería, Electricidad, Electrotécnica, Medicina (para formar paramédicos), Hotelería, etc., etc., etc.
De esta manera el bachiller tendrá formación y acceso al mercado de trabajo en niveles artesanales y podrá pagarse sus estudios universitarios en caso de querer continuar su carrera.
2) La estructuración de un sistema electoral realmente blindado, haciendo énfasis en la educación de todos los voluntarios que así lo deseen, en pro de fungir como Testigos de mesa y llenar todos los cargos propios de los comicios electorales de manera profesional.
3) La constitución de una segunda vuelta en todos los comicios electorales, en caso de que la abstención supere el 30 ó 40 por ciento, dándole a ésta última el rango de protesta electoral que ella merece.
4) La exigencia de exámenes; tanto de conocimientos como psicológicos, para la elección de cargos públicos tan importantes como los del Consejo Nacional Electoral, la Defensoría del pueblo, la Fiscalía general de la república y el Tribunal Supremo de Justicia, de manera que dichos cargos sean ocupados por CONCURSO, en que se demuestre tanto la HONESTIDAD, SOBRIEDAD Y PROBIDAD de los funcionarios en cuestión como sus CONOCIMIENTOS e IMPARCIALIDAD DE CONCIENCIA.
Es decir, darle a la MERITOCRÁCIA rango constitucional.