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lunes, 7 de enero de 2008

Acaso.

¿Qué sabes tú de mis andanzas por tierras inescrutadas?
¿Por qué me hieres con saetas envenenadas de insultos y denigraciones?
¿Acaso has visto los vaivenes del destino en las olas de la mar?
¿Acaso has sentido el picotear de las crueles avispas a flor de piel?
¿Acaso has desviado tu rumbo al menos una vez, en busca de verdades inéditas?
¿Acaso has desvirtuado el llanto y el dolor con una sonrisa falsa y un -no es nada; un mosquito se me metió en el ojo-?
Acaso alguna vez has asistido al parto de universos inmaculados, y yo soy universo devastado, es verdad...
Aún así, pretendo tan sólo mostrarte la otra cara de la realidad, la de los arrabales, cardonales y espinosos rosales ensangrentados.
No tienes que zambullirte en esos laberintos, apenas echa un vistazo, y luego que hayas visto...entonces te doy derecho a juzgar y a juzgarme.
Pero solamente entonces, no antes, no después...