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domingo, 22 de agosto de 2010

Megarrealismo, la nueva poesía


Antes que nada, quiero definir y conceptualizar; lo mejor posible que me permita mi evidente ignorancia, algunas definiciones respecto del arte de la sublimación de la palabra escrita, así:


¿Qué es poesía?, poesía es ante todo ritmo, que se puede conseguir; ya sea mediante rigurosas reglas métricas, ya sea mediante la rima, ya sea mediante ritmos fonéticos, semánticos, simbólicos e ideográficos.
Pero la poesía también es belleza, tiene que serlo, por tanto entra dentro del campo de estudio de la estética.
Ahora, la poesía es un arte, pues a través de técnicas artificiales consigue la sublimación de conceptos e ideas, de fenómenos y eventos que suceden ante el observador.
Consigue pues la sublimación de las realidades, de todas las realidades observadas por el hombre, desde aquellas enteramente naturales hasta las oníricas, propias del mundo interior del observador en cuestión, pasando por las artificiales y las artificiosas que incluyen todo aquello hecho por la mano humana, desde el cuchillo de palo y la rueda hasta el trasbordador espacial.


En pocas palabras, la poesía sublima la cotidianeidad del hombre, sus hechos, sus inquietudes, sus realidades, sus fantasías, su entorno; tanto aledaño como distante, tanto artesanal y tecnológico como virgen y natural, su cuerpo biológico, su cuerpo psicológico, su parte espiritual y anímica así como la de sus prójimos y alejados congéneres, su pasado histórico, su presente y su futuro esperado y expectante.


Ahora, pareciera ser que para los poetas de tiempos anteriores al nuestro, estos conceptos de sublimación de lo cotidiano eran tácitos pero inherentes a ellos.
Así, los poetas del Siglo de Oro sublimaron la cotidianeidad renacentista, los anteriores a ellos sublimaron la cotidianeidad feudal, los surrealistas hicieron otro tanto con la cotidianeidad industrial y los modernistas y post-modernistas también dieron lo suyo con los períodos pre-guerra y post guerra (tomando como referencia los dos conflictos mundiales)
¿Pero qué pasa con los escritores más contemporáneos?, pues que somos totalmente anacrónicos, pues vamos por el mundo sublimando realidades ajenas a nuestro maravilloso tiempo, a nuestra era petrolera, plástica, nuclear, informática, genética, cuántica, relativista o como quieran llamarla (nunca una era tuvo tantas posibilidades de bautizo como la nuestra).
Nos limitamos a repetir; con palabras distintas (muchas veces muy originales, lo admito) las realidades que nos antecedieron; lo cual está bien pues sublimamos el pasado, pero ¿qué hay del presente?, ¿y el futuro?
De sólo pensar que en menos de cuarenta años se ha pasado del teléfono de disco (donde un disco de plástico agujereado se hacía girar con el dedo para marcar el número telefónico deseado) al celular con cámara fotográfica integrada y acceso a Internet, se me eriza la piel.
De seguro los creadores del primer Star Trek jamás se imaginaron que los intercomunicadores usados por el Capitán Kirk y el Señor Spok no sólo serían creados sino inclusive serían mejorados en menos de un lustro.
En menos de un lustro pasamos del televisor en blanco y negro al plasma tridimensional, de la perinola y el trompo a las consolas de videojuegos en que los controles son nuestros movimientos corporales (véase el último Xbox), desde las cintas de ocho milímetros hasta los reproductores de discos compactos de celulosa (o sea papel) como son los Blue Ray.
Desde el motor de combustión de cuatro y ocho tiempos hemos llegado rápidamente hasta los motores eléctricos movidos por paneles solares, o nitrógeno líquido o hidrógeno y oxígeno o incluso –y sorpréndanse- ¡AIRE COMPRIMIDO!
Todo esto sin contar los motores a propulsión iónica que usan algunos de nuestros satélites artificiales.
Y quién iba a imaginarse; hace nada más cuarenta años, que un día todo el mundo podría tener un computador personal en su habitación y conectarse con cualquier terrícola a través de él, sin importar las distancias físicas.
Todo esto es parte de nuestra cotidianeidad, todo esto es parte muy importante de nuestro día a día.


Me pregunto si alguien habrá escrito ya una oda al celular o a la pulidora, al televisor o al lavaplatos o al computador personal o al disco compacto o a la videoconsola o a la teoría sistémica o a la teoría del caos fractal o a la teoría de cuerdas o a la relatividad especial o al continuum espaciotemporal o a la terraformación de planetas, a la multidimensionalidad del universo del que todos formamos parte.
Porque el Universo no es un ente abstracto, ni siquiera es un ente que; aún siendo concreto y palpable, esté más allá de la estratosfera, inalcanzable y alienado; ¡NOOOO!
Este planeta es parte del universo y es parte de él con todo lo que contiene, estamos adheridos al Universo, enclaustrados en él, cada uno de nosotros es parte del entramado cósmico.


Neruda le cantaba al alfarero, Antonio de Curtis le cantaba al labriego y varios poetas surrealistas y modernistas le cantaron al obrero; pues bien, nuestros alfareros, labriegos y operarios también son los astronautas, los ingenieros genéticos, los programadores informáticos, los astrofísicos, los ecólogos, los arquitectos e ingenieros y etcétera.
A propósito de carreras técnicas, tecnológicas, científicas y demás, es en esos terrenos donde más abundante es la cosecha de nuevos vocablos para los escritores, donde más fértil y prolífico es el acuñamiento de nuevas palabras, desde las ya ancianas pero siempre vigentes como: cromosoma, lisosoma, neurona, célula, telescopio, microscopio, magma, ígneo, metamórfico y sedimentario y déle y déle (quien más tenga más ponga)
Hasta las más novísimas, como: singularidad, horizonte de sucesos, neutrino, buzón, taquión (partícula más rápida que la luz puesto que carece de masa; al igual que el pensamiento; carente de masa, por tanto más rápido que la luz) sistemia, fractalidad, etc.


En realidad ningún escritor es solo un escritor y nada más, todo buen escritor tiene sus propios intereses personales o hobbies, hay a quienes les gusta la aeronáutica, el automovilismo, los deportes, las artes plásticas, la arquitectura, habrá unos que son amantes de los volcanes, otros que sienten pasión por las nubes y sus formas (cirros, cúmulos, nimbos); y cada escritor toma regalado de los campos que más les apasionan las palabras para fabricar su arte poética, y eso está mucho, muy bien.
Porque de esto se trata la literatura, no sólo de embellecer las vivencias humanas, sino también de ampliar el vocabulario del Hombre a fin de que podamos abarcar mayores porciones de realidad a través de glosarios cada vez más amplios, vastos, extensos y ricos. Porque la cantidad de realidad que podemos abarcar es directamente proporcional a la cantidad de palabras que podemos dominar, mientras más vocablos usamos mayor es la porción de realidad que podemos observar, y esto es así porque la mente humana es simbólica (y es además asociativa y disociativa, analítica y sintética según la conveniencia).


Ahora, aclarados estos puntos, (más para mi entendimiento propio que para los lectores)
pasemos a definir el Megarrealismo como una corriente literaria que busca abarcar la mayor porción posible de realidad, tanto a nivel macrocósmico como a nivel cuántico y relativista pasando por todos los intermedios habidos y por haber.
Es una corriente que quiere descubrir la realidad multidimensional, pues somos seres multidimensionales, la realidad cuántica, pues los cuantos de energía son los bloques que forman nuestros cuerpos físicos, la realidad relativista pues estamos imbuidos de relatividad hasta los tuétanos, lo sepamos o no.
Y todo esto sin dejar de lado las realidades onírica, neurolinguista, psicológica, espiritual que son todas realidades tan reales como el teclado que estoy golpeando con mis dedos, y el que objete esta sentencia de seguro nunca se ha despertado sudando frío y con el corazón cual potro desbocado después de una pesadilla.


Quiero profundizar un poco sobre este asunto de la multidimensionalidad resultante de las teorías cuántico relativistas y quiero hacerlo porque se me plantean cuestiones filosóficas extrañas que quisiera compartir con todo el que se pueda.
Primero comencemos con la Paradoja del Abuelo:
Si viajo al pasado y mato a mi abuelo antes de que logre casarse y; por tanto, tener hijos
entonces, en el presente no he nacido y por tanto no puedo viajar al pasado ni matar a mi abuelo, de ello resulta que mi abuelo sí tiene hijos y nietos y puedo viajar al pasado a matarle de nuevo.
En estos hechos hay dos universos paralelos, uno en el que yo existo y el otro en el que no existo (porque no he nacido); por otro lado, mi abuelo existe en ambos universos.
Ahora, tomando como referencia al abuelo, cuál es la posibilidad verdadera:
1-Mi abuelo coexiste en ambos universos sin saberlo
2-Hay dos copias de mi abuelo, una en cada universo, son dos clones independientes que; pero, pueden influenciarse mutuamente puesto que son dos caras de la misma moneda, dos cuerpos del mismo ente.
3-Hay dos copias de mi abuelo, como dos gemelos idénticos, una en cada universo, pero cada uno es totalmente independiente del otro y por tanto no hay manera de que se influencien mutuamente.
Tal vez haya otras posibilidades pero ahora no se me ocurren más; ¿no les parece intrigante todo este asunto?
Además, si podemos viajar al pasado y visitar a nuestros abuelos cuando eran muchachos, entonces el tiempo no es algo que transcurre; en efecto el concepto de continuum espacio temporal indica que el tiempo es un constituyente intrínseco del Universo y por tanto de todo su contenido; es decir que nosotros estamos hechos de espacio y de tiempo, el tiempo no transcurre ante nosotros sino que es parte fundamental (junto al espacio) de nuestra constitución Biomolecular.
La comprensión de estos hechos le da todo un nuevo sentido a la posibilidad de la eternidad, porque esto significa que al morir no hacemos otra cosa que renacer del vientre de nuestra madre actual, en la misma fecha en que nacimos, y con el mismo nombre y apellido; podríamos parangonarlo a lo que sucede al jugar un videojuego;
una vez que en pantalla sale el tan nefasto GAME OVER; reseteamos la consola y comenzamos de nuevo.
¿Será que la muerte no es otra cosa que un GAME OVER y la reconcepción y el renacimiento no son más que el enésimo reseteo?
De ser así cobran suma importancia en nuestras vidas los DEJA VÚ y las intuiciones, porque seguir nuestra intuición significaría no repetir errores ya cometidos.
Además ante esta posibilidad se conjugan y se encuentran el determinismo fatalista con el libre albedrío, de manera que; aunque todo está predeterminado también todo se puede modificar en nuestras existencias, baste seguir la intuición cuando nos dice “NO HAGAS ESO” y “Mejor haz esto otro porque nunca lo has hecho antes, veamos qué sale de ello”.
Esta sería una nueva manera de ver la reencarnación, aunque quiero admitir que yo creo en la reencarnación como trasmigración de las almas a otros cuerpos distintos de éste, pero es más un deseo que una creencia, el deseo de viajar a los confines del Universo en sendas naves espaciales y conocer otras formas de vida, posiblemente no basadas en el DNA y ni siquiera en cadenas carbonatadas, tal vez inteligencias de silicio…


A propósito de la posibilidad de vida extraterrena, hay algo que me inquieta, y se refiere a la teoría de Cuerdas.
Según dicha teoría el Universo estaría sostenido por un entramado de cuerdas que forman algo así como una telaraña macroscópica, o tal vez el Universo sea; en última instancia dicho enorme, gigantesco, macrocósmico entramado.
Si esto fuera así, todos nosotros somos parte del entramado y nuestras acciones tendrían influencia no sólo sobre la humanidad toda, sino también sobre inteligencias alejadas zillones de años luz de nosotros.
Además, ante el entramado cósmico resultaría que toda la humanidad es un solo ente viviente y así como nuestras células conforman nuestros cuerpos, cada uno de nosotros es una célula del HIJO DEL HOMBRE (Con el permiso de Jesús Nazareno quien acuñó la frasecita).
Y así como las células de mis músculos estriados no tienen ni idea de la existencia de mis células hepáticas pero se influyen mutuamente, asimismo en China podría existir un señor Li Chan que no sabe que existo y aun así recibe mi influencia al mismo tiempo que recibo la de él, es decir que los siete mil millones de humanos que habitamos La Tierra nos influimos unos a otros, tanto con nuestras acciones como con nuestros pensamientos; si esto es así cobra mayor importancia la Programación Neuro Lingüística y todas las ramas de la psicología abocadas al estudio del ÉXITO, pues mi manera de pensar afecta la manera de pensar del HIJO DEL HOMBRE como un todo.
Hay mucha tela que cortar, demasiadísima tela que cortar, lo que sí puedo adelantar es que mientras las ciencias y tecnologías progresan a velocidad luz, la Filosofía en todas sus ramas (incluidas las literarias) progresan a velocidades subsónicas, y digo esto porque incluso la ciencia ficción está atrasada.
Aunque las series de ciencia ficción si son entretenidas, la verdad es que unas son Westerns anacrónicos y las otras son Novelas Feudales y Caballerescas, emplazadas en el futuro, nada nuevo bajo el sol.
Yo no sé qué tan difícil sea ponernos al día con las ciencias y tecnologías, lo que si sé es que llegó la hora de botar nuestros motores de propulsión a chorro y substituirlos por sendos motores WARP o como sea que se llamen los que viajan más rápido que la luz.


Hay muchos otros temas que me gustaría abarcar, pero necesito primero reordenar mis ideas, lo cierto es que lo que se pretende con el Megarrealismo es sublimar y comentar realidades multidimensionales.
Como cierta vez dije, si tan sólo pudiéramos deshacernos de los límites tridimensionales de nuestros cerebros y observar el mundo con los ojos multidimensionales de la mente cuántica, la poesía megarrealista ya existiría desde hace siglos y se eternizaría.
Por otro lado, una de las características más importantes que nos hacen humanos, es la de lograr transmutar en posible lo imposible, así que aunque el Megarrealismo fuera imposible de alcanzar, se bien que alguien, algún día lo hará posible.
¿Por qué no nosotros?


En última instancia quiero acotar que el megarrealismo no trata de formas sino de contenidos, de manera que acepta todas las formas habidas y por haber en cuanto a métrica; tanto estricta como libre, rima, tanto consonante como asonante y blanca, y ritmo rimado y no rimado, fonético, semántico, simbólico e ideográfico o cualquier combinación de todos ellos.
Recordemos que el primer avión –construido por los hermanos Wrigth- tenía ruedas de bicicleta, motor de automóvil y fuselaje de madera y tela; lo que hace evidente que buena parte de la genialidad consiste en combinar formas pasadas para obtener resultados presentes y futuros.
Los megarrealistas debemos estar abiertos a todas las posibilidades pues queremos ser el parangón del HORIZONTE DE SUCESOS y de LA SINGULARIDAD donde todas las posibilidades coexisten.
Esto de seguro permitirá la creación de formas y estructuras poéticas jamás pensadas y junto a contenidos tan exóticos como los propuestos (y muchos más por proponer; quien más tenga más ponga) le daremos un nuevo respiro y un nuevo giro a la ya tan trillada creación literaria.