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viernes, 11 de octubre de 2019

De izquierdas y derechas

Izquierda y derecha han fracasado en sus promesas, más la izquierda que la derecha.
La pobreza no disminuye, más bien aumenta y se vuelve crítica.
Los ecosistemas amenazados ya han tirado la toalla, se han rendido ante la grosera devastacion causada por la plaga humana y su "progreso".

El futuro luce tenebroso, neblinoso, oscuro y abrumador.
Si la izquierda es un desastre (que lo es) y la derecha sólo le funciona a las élites afortunadas, entonces queda claro que el camino correcto a seguir es el camino del centro.
El camino de Dios es el camino del centro, sin defectos y sin excesos, con sobriedad y equilibrio.

Humillar o humildar

No es lo mismo la humillación que la humildad. Humillarse es maltratarse psicológicamente.
Por eso es absurdo que el verbo humillar sirva tanto para la humildad (que es modestia, sobriedad) como para la humillación, que se ejecuta hacia el prójimo o hacia uno mismo.

Yo sí quiero humildarme, lo que no quiero es humillarme.
Yo si quiero humildar a quién lo merezca, pero no quiero humillar a nadie.

Por eso el verbo humildar debería aparecer en nuestros diccionarios, así evitaremos que el subconsciente nos juegue una mala pasada y nos humillemos sin humildarnos, a través del autosabotaje.

Yo me humildo
Tú te humildas
Él se humilda...

martes, 8 de octubre de 2019

El niño y las hormigas

El niño ve a las hormigas  correr sobre las baldosas del suelo. Corren de aquí para allá y de allá para acá.
Repentinamente, al niño le asalta una duda: las hormigas, sabrán nadar?

Así que el niño va hacia la nevera, coje una botella de agua y regresa con las hormigas.
Acto seguido, encierra  a un grupo de hormigas en un círculo de agua y piensa (si quieren ir para cualquier lado, van a tener que atravesar el círculo nadando)

Pero las hormigas corren alrededor del círculo sin siquiera mojarse. Durante horas y horas dan vueltas y vueltas alrededor del agua mientras el niño la renueva donde se va evaporando, y sigue allí, sentado en el suelo, viendo a las hormigas.

Un niño sin oficio, dirían sus padres. Al fin el niño se cansa y llena todo el círculo con agua, inundado a las hormigas, y entonces... Sorpresa!
Las hormigas están nadando!

Así, el niño aprendió que las hormigas si sabían nadar, lo que no sabían era que no podían escapar del círculo sin atravesarlo a nado.

Cuánta gente habrá que da vueltas y vueltas, sin salir jamás de su zona de confort y sin darse cuenta que están atrapados en un círculo que los aprisiona?

Y cuántos se darán cuenta lo fácil que es salir de su carcel imaginaria?
Y con lo hermoso que puede llegar a ser lo desconocido, a cuántas personas bendecirá el fruto de lo desconocido?

Infancia

Infancia, joya de la vida, invaluable y devaluada.
Y pensar que los niños de hoy son los hombres del futuro.
Claro que ese enunciado es trillado.
Es un cliché, un lugar común repetido hasta el cansancio.
Tal vez porque nos gusta vivir en el pasado, vivir de tradiciones y recuerdos. O tal vez porque nos hemos obsesionado con vivir en el "ahora", lo cual es muy bueno.
Si, pero no es mejor vivir en el ahora para el mañana? Vivir para los niños?
Sólo hace falta un cambio de paradigma, una visión renovada.
Sólo hace falta creernos el cliché y actuar en consecuencia.
O creer en la reencarnación.
Si volviéramos a nacer, con qué mundo nos encontraríamos?
Pues con el mismo infierno que estamos fabricándonos hoy, ahora mismo, para nuestro futuro.

Digo... No?

sábado, 5 de octubre de 2019

Verosimilitud o ficción?

Verosimilitud, palabra pa' larga caballero.
A ver, verosimilitud es algo que no es verdad pero parece serlo, o sea un disfraz, una mentira bien construida.
O también es algo que aún no es verdad pero podría llegar a serlo, como cuando Julio Verne escribió "De la Tierra a la luna" y "veinte mil leguas de viaje submarino".
O como las obras que hablaban de los robots, o las películas del viaje a Marte.
Bueno, debo confesar que la palabrita a mi personalmente me da piquiña, y es que no creo en verdades absolutas.

Yo prefiero pensar que la poesía en particular y la literatura en general, se basan en la ficción.
Ahora bien, puede que la ficción y la mentira tengan en común los métodos, pero son muy diferentes en cuanto a sus orígenes y a sus objetivos.

El objetivo de la mentira es engañar, el objetivo de la ficción es entretener, y a veces, enseñar entreteniendo.
El origen de la mentira es, a veces, el miedo, y otras veces la manipulacion del prójimo para provecho propio.
El origen de la ficción es el deseo de compartir experiencias, vivencias o sentimientos y emociones.

Y la ficcion no exige, como lo hace la verosimilitud, que algo falso parezca verdad, o que algo que no ha ocurrido pueda ocurrir.

La ficción no tiene tales ataduras y tampoco las necesita.

Y en última instancia, me parece a mi que está verosimilitud ha sido una ilusoria camisa de fuerza.
Cadenas y grilletes atados a la poética.
O es que me van a decir que las tan cantadas Afrodita, Minerva, ninfas, musas, elfos y hadas son verosímiles?
Por favor!...