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lunes, 7 de enero de 2008

La verdad del capitalismo.

La propiedad privada está en nuestros genes, lo primero que dice un niño cuando comienza a hablar es "mío"; el instinto territorial no sólo existe en el hombre sino en todas las especies y fue Dios quien lo puso allí.
Por ello decidí hablar de la verdad acerca del capitalismo, según como yo la veo.
Y comienzo con un ejemplo.
Si una persona ahorra toda su vida, con sacrificios, y luego de acumular un capital, lo arriesga en aras de producir bienes o servicios, nadie me va a negar que tenga derecho a ganar más que los demás, incluso tiene la necesidad de hacerlo para cubrir el riesgo asumido.
Esto es lo que yo llamo un capitalista honesto.
Ahora, si nuestro personaje no ha obtenido su capital con sacrificio, o pegando la lotería, o por otro medio lícito, sino a través de extorsión, chantaje, robo, u otros medios ilícitos, no es y nunca ha sido capitalista, no es más que un vulgar ladrón.
Y si; en cambio, nuestro personaje, sí obtuvo su capital honestamente, pero no asume el riesgo de sus operaciones, sino que lo transfiere a sus empleados (descontándoles sus pérdidas) o a sus clientes (subiendo los precios) o a ambos, deja de ser capitalista y pasa a ser usurero.
De manera que a mi modo de ver, es hora de discernir entre el verdadero capitalista, el ladrón y el usurero.
Por otro lado, la igualdad absoluta es desigualdad e injusticia, la verdadera igualdad es; única y exclusivamente la igualdad de oportunidades.
O sea, si yo me gasté todo mi dinero en parrandas y goces, no puedo pretender apropiarme de aquello que a otro le costó toda una vida de sacrificios obtener, porque eso sería injusto.
Ahora, si bien es cierto que Dios le dio a Salomón sus riquezas, (lo cual demuestra que Dios no aborrece a los ricos sino a los ladrones y usureros); también es cierto que Dios pide a los hombres velar por los más necesitados, y esto es así porque a los ojos del Creador todos somos iguales y todos merecemos una vida digna y gozosa, además de culta e informada.
O sea que el capitalista debe velar por sus congéneres menos afortunados o más fiesteros (derrochadores).
Por otro lado, el socialismo sólo es bueno cuando se conjuga con el capitalismo, (no con la usura ni con la corrupción) en un capitalismo socialista o socialcapitalismo, como prefieran llamarlo.
El comunismo u oligarquía monopartidista, no es otra cosa que un capitalismo de Estado... no; rectifico, es un ladronismo usurero de Estado, porque si fuera capitalismo honesto sería bueno.
En definitiva el camino de Dios es el camino de en medio, ni corrupción y usura, ni comunismo, sino socialcapitalismo.
Así que; quienes habiéndome leído creen que estoy de acuerdo con el capitalismo tienen razón y se equivocan, y quienes creen que estoy con el socialismo también se equivocan y tienen razón.
Fíjense; mis lectores invisibles, el gran daño que nos hace utilizar las mismas palabras con significados tan divergentes, llevándonos a litigios, querellas e incluso guerras, sin darnos cuenta que casi siempre todos queremos lo mismo, sólo que no nos entendemos al expresarnos.
Gracias por la atención prestada y hasta el próximo ensayo.