Buscar este blog

jueves, 30 de julio de 2020

Emotividad y poesía

Para mí, la poesía es ante todo emotividad, entonces, personalmente prefiero una prosa que me arranque lágrimas o me mate de risa o me indigne hasta la rabia airada a una octava real con Métrica perfecta, rima consonante perfecta y todos los acentos donde deben estar, pero que a la postre, no me dice nada.
El punto es que la poesía es ante todo belleza, y allí todos concordamos.
Pero sucede que la belleza es un concepto tan subjetivo que tiene tantos significados como habitantes tenga el Universo todo.

Por ello no espero que todos estén de acuerdo conmigo, sería absurda tal pretensión.

Por ejemplo, ¿qué nos dice el soneto que Lope le escribe a Violante?
Primero que nada nos dice que Lope era un hombre arrogante y presumido, pues insinúa que armó un soneto en pocos segundos.
Y perdónenme que sea franco, pero quien ha hecho sonetos sabe que no es soplar y hacer botellas.
Entonces, la estructura de dicho soneto es perfecta, las rimas son perfectas, la acentuación es perfecta, pero, ¿dónde está lo poético? ¿Es acaso la arrogancia, bella? ¿Hay belleza en mirar a los demás por encima del hombro?
Dios me libre de criticar a un monstruo sagrado de la poesía como Lope de Vega, sólo digo que he leído poemas de poetas consagrados que no me dicen nada de nada. Incluso, del mismo poeta, algunos textos me conmueven profundamente y otros me aburren a muerte.

¿Qué es poesía, entonces? Es ese escurridizo texto que te conmueve cada vez que lo lees.
Y, siendo la belleza algo tan subjetivo y diferente de una persona a otra, es lógico que lo que para unos sea basura, para otros es el Papá de los poemas.

La belleza

Lo bello no es siempre sinónimo de lo bueno. El Tigre de bengala es un animal sumamente hermoso, pero yo mo me metería en su jaula por nada del mundo. La serpiente de coral, con sus contrastantes anillos negros, rojos y amarillos, es tal vez el animal más hermoso del planeta, pero su veneno te mata en menos de cinco minutos. 
Estamos malacostumbrados a pensar que bello y bueno son sinónimos, y gracias a eso tienen éxito los estafadores, porque sucede que se ven las caras y no los corazones.
Bello es lo que nos gusta, lo que le agrada a nuestros cinco sentidos, en especial la vista, pero no sólo.
Ahora que considerar que lo bello es siempre bueno... ese es un riesgo que no estoy dispuesto a asumir.