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jueves, 10 de enero de 2008

La originalidad y la innovación (hacia una teoría de ellas)

Mucha gente se pregunta cómo los genios de la historia han logrado innovar e inventar a lo largo y ancho de la historia.
La verdad es que la creatividad del hombre no se basa en el crear en sí; ya que no somos dioses y carecemos de la capacidad de hacer aparecer algo de la nada.
La creatividad se refiere más bien a la inventiva, que es el organizar de manera distinta objetos preexistentes, de manera de obtener un objeto novedoso y con funciones nunca vistas.

Cierta vez, dos hermanos -creo que eran fabricantes de bicicletas- decidieron armar un artefacto, para lo cual unieron el motor de un automóvil, la hélice de un barco, la cabina de un autobús (¿o era un tranvía?), dos ruedas de bicicleta y muchas tablas de madera; y consiguieron forjar un perol, y el perol...¡voló! Pues sí, lo adivinaron, estaba hablando de los hermanos Wright, los inventores del avión.

La Gestalt nos enseña que el todo es mayor que la suma de sus partes; así, la suma de las partes del aparato construido por los hermanos Wright, podríamos llamarlo artefacto, aparato o perol incluso, pero el todo organizado se ha denominado "avión" o "aeroplano", y ha revolucionado el siglo XX.

De manera que; para lograr la originalidad y la innovación, todo lo que hay que hacer es tomar los elementos preexistentes y organizarlos en todas las maneras posibles e imaginables, hasta obtener una nueva organización, con una novedosa función.
Cuando Tomás Alba Édison inventó el bombillo, ya existían el vidrio y los hilos conductores de electricidad -en efecto, la electricidad ya había sido descubierta-; y la genialidad de Édison consistió en reorganizar dichos elementos de una manera diferente, logrando así una función novedosa.

De manera que la flexibilidad de pensamientos, la mente abierta, la osadía de aceptar paradigmas distintos de los comúnmente aceptados, y una amplia cultura general son indispensables para el surgimiento de la originalidad y la innovación.
La especialización es importante para profundizar en lo que ya existe, en sus usos, alcances y funciones, pero suele también ser una traba para la innovación.
Prueba de ello sean los siguientes ejemplos:
1) El inventor de la vacuna; Pasteur, no era médico sino químico.
2)El inventor del bombillo y el cinematógrafo; Édison, era autodidacta, jamás estudió en una universidad.
3) El creador del Quijote; Cervantes, solo tenía estudios medios, tampoco pisó una universidad en su vida.
4) El mejor poeta francés del siglo XX; Prêvert, pasó toda su vida vendiendo café en un cafetín.
5)El que descubrió las leyes del movimiento y la gravedad; Newton, no era físico, ni matemático; era más bien un muchacho curioso, que sacó prestados seis libros de matemáticas de una biblioteca, se los estudió e inventó el Cálculo, el cual aplicó luego al movimiento, descubriendo las leyes que lo gobiernan.
6) A Einstein, se le dijo en la universidad que abandonara la carrera y se dedicara a otra cosa, puesto que; según los doctos, él no servía para la física. Gracias a Dios que nunca hizo caso.
Ejemplos como éstos no son la excepción, sino la regla.

Es necesario mantener la mente lo más abierta posible, atreverse a indagar en terrenos de lo desconocido, incluso aceptar el riesgo de hacer el ridículo, si se quiere ser original e innovador.