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lunes, 1 de noviembre de 2010

Distancias Aledañas (Dueto Gise Marisol y tonisan)


                                                                            
                                                                           I

Ella, quién al llegar la noche, siente que los fantasmas del día la dejan vivir. Enciende un cigarrillo siempre a la misma horas. En sus manos, el mismo jarrón de té sabor a limón para despertar el acido en sus glándulas salivales.
Se posa a mirar los árboles nocturnos, y las brillantes estrellas, tan distantes e insomnes como Ella.
Otra vez, el cielo es la TV. que relata sus pasados. Y su cuerpo se convierte en los recuerdos que caminan como sombras lejanas en un desierto sin testigos.
Cuando en su mente, una canción musicaliza la noche.
-Y el mundo, ya no necesita otra canción de amor, pero Yo sí!!!
( canta en sus adentros)-Vehemente sonríe y se pregunta:
-¿quizás me hagan falta miles de canciones de amor para volver a perderme en ellas?.
Cuando de repente otro espacio de su mente recita un poema:
-"Podría escribir los versos más tristes esta noche"...
(pero Ella sabe que no serian suficientes para dejar de amar sus recuerdos).
El cigarrillo se consume, y parece tener vida propia, o quizás estarle robando la vida.
El té se enfría, y su alma también. Ya el frío de la noche la viste por completo. El silencio es el mundo y un grillo dando señal de vida desde su oculto pasto viejo.
Ya no cree en milagros por un instante, sabe que debe despedirse de las quimeras que buscan esperanzas para un nuevo comienzo.
Un comienzo que espera en la rutina de un presente malherido, pero con batallas que le sirven para ganar gloria en otras vidas.
Las responsabilidades la consumen y su juventud la acaricia en un Poema.
La ultima parte del cigarrillo se presenta tentadora.
-No me la robes. Le dice al viento.
Aun existen vacíos por fumar.
Autora: Gise Marisol (Argentina)

                                                                                II
El cigarrillo encendido evoca humaredas distantes, lejanas y sin embargo adyacentes a sus almas.
El humo asciende , contorneándose en sus grises y azulados retoques de vida que se desvanece en el aire enrarecido por la calina citadina.
Él sabe que más allá del horizonte hay un poema esperándole, un poema intentando escabullirse de la pluma de una princesita bella, tan parecida a la Jazmín de Disney que casi provoca convertirse en Aladín y viajar en alfombra a las mil y una noches y pedirle...exigirle a Sherezade que devuelva los relatos al mundo al que pertenecen, el mundo de los fabulísticos y fabulosos ensueños de mi odalisca enamorada que dejó de creer en milagros.

-Si tan solo el sueño me venciera nuevamente, podría entrar clandestino en tus alcobas, besar sigiloso tu alma linda, acariciar las caracolas de tu cabellera submarina y extraviarme feliz y silencioso, erótico y frenético, en tus virtuales hondonadas o ascender sin precaución a tus simas siderales; bañarme entre tus nebulosas con el polvo de las hadas, y volar aún más alto y más lejos que Campanita, más allá del Nunca-jamás, a las tierras del Siempre-a-tu-lado.

El cigarrillo consumido por su propia soberbia, cae al suelo con la pasión que se incendia en la ventana, y el pobre hombre, rendido, angustiado por la soledad, cae dormido en medio de un infierno de llamas y de hornos, que calcinan esa piel hasta los huesos.

Esa misma noche, en medio del sueño, ella siente su presencia, le besa las memorias, le acaricia los recuerdos y se entrega al viaje eterno en las tierras del Siempre-a-tu-lado.
Autor: Felipe Antonio Santorelli (Venezuela)

Así nace la poesía

Imagínate a Dios como a un Árbol.
Un árbol antiguo como el Pino, alto como la Sequoia, robusto como el Roble, sabio como el Samán, noble como el Cedro, de ramas flexibles como las del Abeto...
Imagínalo desperdigando sus semillas al viento, unas caen por aquí, otras caen por allá, otras acuyá y aún otras más allá.
Y todas las semillas germinan, crecen, se desarrollan, florecen y sueltan sus versos polínicos que viajan a galope tendido sobre el lomo de las brisas, en una búsqueda frenética de semejanzas y de floridas igualdades.

Y los versos se re-encuentran, se reúnen, se celebran y festejan unos a otros en poéticas danzas de felicidad, solidaridad, hermandad, alegría y verdad.

Así nace la poesía, así brota acrisolada por los vientos, los incendios, las heladas, los abismos y las simas.
Así surge bendecida por las flores que recrean en los versos inquietudes tan humanas, tan sensibles, tan hermosas, tan profundas, tan reales e irreales, misteriosas mocedades que eternizan sentimientos y piedades y empatías por doquiera.