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miércoles, 12 de febrero de 2020

La celda

Estoy en mi celda, esperando la llegada de los guardias que me llevarán ante el verdugo. Hoy se cumplirá mi sentencia, tengo miedo pero no pienso demostrarlo. 
En las paredes de mi encierro hay marcas que hice, para no perder la noción del tiempo, es por eso que sé que anoche fue mi última cena. 

Cómo llegué a esta cruel encrucijada? 

No, no es esa la pregunta, sé bien lo que hice, merezco lo que se me viene, estoy claro en eso… al menos en eso. 
Lo que no entiendo es cómo me convertí en el monstruo que asesinó a tanta gente, 
tal vez fue culpa de la guerra, tal vez el fin de la maldita guerra no me alcanzó a tiempo, tal vez aún me siento en guerra. 
La guerra se quedó conmigo, muy dentro de mi, ¡arraigada en mi mente y en mi alma! 

El infierno acabará hoy, mañana renaceré en otro cuerpo, con otra vida y por Dios que no cumpliré con el servicio militar obligatorio, ¡así tenga que cortarme una mano!